martes, 27 de noviembre de 2007

De ángeles y revoluciones

Y sí... siempre es igual: el laburo lo hacen los más vulnerables.
Al final siempre es así.
Fijate vos con lo que dicen estos nenes... sostener verdades tan transparentes... cambiar el mundo con tanta naturalidad, con tanto amor...
Sin tanta quejumbre...
Sin tanto narcisismo...
Parece que para un ángel es natural ser así.



Claro: no es lo que la gente suele aceptar.
Cuando leo esas "canalizaciones" mediúmnicas tan eternizadoras del Sistema, tan al gusto de los matrixados, poniendo la Luz por allá por algún lado, lejos de lo humano y de este hambre, de este mundo patas para arriba y desquiciado de injusticias, me asombro...
Y me asombro aún más cuando las atribuyen a ángeles o arcángeles o a andá a saber que seres de "luz"... mientras los más chiquitos ya se dan cuenta de todo, en su inocencia.
Sólo porque perciben la inefable fuerza de la verdad, de la empatía y del amor honesto.
Y no se confunden con sucedáneos que el mundo entroniza.
Es, al fin y al cabo, como escribió Eduardo Senac:

"Toda bibliografía de autoayuda así como sus legiones de súbditos, no hace más que hipnotizarse a sí misma con postulados amables. Son ecos que se repiten sin una razón que los cause, y acaso Swedenborg los hubiera desaprobado en su ordenada teología.
Un hálito que pasó por él pero que no era suyo le hizo pensar que dos personas que se aman en la tierra forman en el cielo un mismo ángel. La sola fuerza de esta idea es insostenible para esos escritorzuelos"


Eduardo es claro, y es preciso.
Ya se sabe que los ángeles aceptables no debieran meterse con cuestiones mundanas. No se sabría entonces si son ángeles o subversivos.
Qué es eso de Jesús partiendo el pan...
Inventemos una hostia para eso, y al pan lo encanutamos... para nuestra comprensible angurria.

Y entonces, ante el vacío de aceptable guía angelical en estos materialismos, aparece la contracara del asunto: los barrabases, los "revolucionarios" que sí se ocupan de la cuestión de la repartija de los bienes de este mundo.
Oh... ya se sabe: los "revolucionarios" vienen a salvarnos, desde la quintaesencia de su narcisismo.

Fuman Parisiennes, o Particulares cortos si no hay, saben exactamente la diferencia entre lo intelectualmente "correcto" y la abyecta traición de pensar distinto (y por extraña casualidad la verdad siempre se parece a lo que ellos piensan...), luchan "por el pueblo" pero sin el pueblo (hasta que se aviven... claro), hablan siempre de "la toma del Poder" y del sagrado día en que obreros y campesinos rijan los destinos de las naciones (y no sé porqué me parece entrever en sus mentes la ambición de que ese día ellos han de ser funcionarios... o algo... algún cargo...), parece que no pero terminan trabajando para el Estado o en alguna actividad cultural "de derechos humanos" pagada con fondos públicos, o pergeñan cooperativas extrañas donde se llevan la parte del león, cuando te dan un abrazo -rara vez- no te abrazan sino que te descargan un par de palmadas secas en la espalda (plac PLAC!) y jamás de los jamases te rodean de ese amor suave que me entregó la cristalita de Rosario, no sé porqué pero te quieren liberar a toda costa del Imperialismo pero jamás se muestran dispuestos a liberarte de ellos mismos y su "actitud libertaria", y -para terminarla- les caben redondas las palabras de Galeano en "Preguntitas" o las del ya citado Eduardo Senac en "La Precisión de la Fiebre":

"Cada tanto, y siempre dependiendo de las fechas aniversario, escucho hablar de revolución, y hasta algunos insolentes vienen a mí a pronunciar tal palabra. Así es que tengo que verlos con todos sus íconos y sus ropas que hablan, esos vestuarios producidos para señalarse, listos en todo momento a monologar las grandes verdades que se traen entre manos y señalar las penurias morales del resto.
Sin embargo, si se les pregunta qué saben de la justicia, todo lo que dicen es que haya las mismas posibilidades para todos, la misma cantidad de pan. Hablan de luchar, pero el enemigo es siempre otro.
Descaradamente tengo que reírme y lamentarme por ellos, porque no sólo no saben nada acerca de la revolución sino que tampoco lo saben acerca del hombre.
En mayor o menor tiempo, la verdadera revolución deberá caer sobre ellos"


Quiero decir con esto que a las personas que suelen ir tras las "canalizaciones" de "seres de luz" no le suele gustar Silvio Rodríguez, que es un ángel; y que los "revolucionarios" que lo entronizan como a un ídolo sólo por su aporte al "movimiento de liberación" también se quedan tan lejos de su real poesía, tanto como los primeros.

Quiero decir que la heterodoxia es el camino de la honestidad.
Quiero decir que hay que asumir la necesaria soledad para juntarse de veras.
Quiero decir -repito- que Silvio es un ángel, aunque por modestia o ubicuidad nunca lo haya dicho.
Quiero decir que yo, que lo delato, tambien quizás lo sea.
Vaya esto para que no extrañe tanto sus alas, compañero, en el acá abajo.
Es por un rato, solamente, y ya va pasando...
Pero piedralibre, Silvio, a tu celeste estirpe, piedralibre, porque nos avivamos:

"Amada,
supón que me voy lejos
tan lejos que olvidaré mi nombre
amada,
quizás soy otro hombre
más alto y menos viejo
que espera por si mismo
allá lejos,
allá trepando el dulce abismo
allá lejos,
allá trepando el dulce abismo

Amada,
supón que no hay remedio
remedio es todo lo que intento
amada.
toma este pensamiento
colócalo en el centro de todo el egoísmo
y ve que no hay ausencia para el dulce abismo
y ve que no hay ausencia para el dulce abismo

Amada,
supón que en el olvido
la noche me deja prisionero
amada,
habrá un lucero nuevo
que no estará vencido de luz y de optimismo
y habrá un sinfín latente bajo el dulce abismo
y habrá un sinfín latente bajo el dulce abismo

Amada,
la claridad me cerca
yo parto, tu guardarás el huerto
amada,
regresaré despierto
otra mañana terca de música y lirismo
regresaré del sol que alumbra el dulce abismo
regresaré del sol que alumbra el dulce abismo"

1 comentario:

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