viernes, 7 de diciembre de 2007

"Saquen una hoja"

Las personas suelen preguntarme porqué los "niños crisol" se llaman "crisol".
Buena pregunta.
Lo primero que tengo que decir es que no creo en categorías catecúmenas y estancas -esto lo repito por enésima vez- pero sí es observable una visible gradación en el desarrollo de la perspectiva que la conciencia revela.
De este modo, tengo que decir que no sé PORQUÉ se llaman así (aunque ya desde los Cristales jamás usarían ese adjetivo para autoclasificarse públicamente... sólo se llaman "niños" y se ven y viven como cualquier otro...); sólo SÉ que se llaman así.
Y lo sabía ya hace más de cuatro años.




Además de eso... podría explicarlo.
En parte lo hice en el libro, cuando escribí sobre el Proceso Alquímico Global.
La finalidad última de la Alquimia no es otra sino la transmutación, que en estos términos implica espiritualizar la materia y materializar el espíritu. Y eso ni más ni menos es lo que hace un Crisol, encarnando y viviendo acá entre todos.

Amén de eso, me encontré (luego de publicar Transurgencia) con las Psicografías de Parravicini, que muestran claramente estos atributos para la generación en curso en esta parte del planeta (consultar toda la serie de la Cruz Orlada y el Crisol).

Finalmente, quiero destacar que el metal en el crisol no sólo experimenta tremendos cambios de estado (de sólido a líquido) sino que es sometido a pruebas extremas, que lo "templan", en el momento y posteriormente a su transustanciación.
Lo digo así tan de plano porque todos los Crisoles han pasado -y en parte pasarán aún un tiempo- por situaciones que pondrán en juego su tremendo corazón y su alma, y se debatirán en el filo del abismo.
Tal vez esto sea así por el actual estado de las cosas, tal vez así sea el Camino... el real, no el risible, hipócrita y descontextualizado de la New Age y los Falsos Profetas...

La cuestión es que así es como llegaron a ver la verdad con el sólo deseo (y sí... la verdad existe...) y es así como la portan y como transmutan la materia.
Donde la energía crisol esté presente, no nos asombremos de ver pruebas.
No pruebas idealizadas de superhéroes de historieta, sino elecciones concretas en el aquí y ahora, en lo humano. Costosas, si se quiere.
Esa es casi una característica inefable de esa vibración, tan crística.
Claro, todo esto no tiene nada que ver con el masoquismo, ni con la simbiosis de la identificación con el agresor, o con el deseo narcisista de sentirse "bajo prueba" con la inconfesada intención de creerse "superior" o de justificar sus hechos cotidianos, o de meramente rehuir el ejercicio responsable de la propia libertad y autodeterminación... y sus consecuencias.
Simplemente, funciona así.

Vaya por ejemplo el sucedido a Stella Maris, una maestra asistente al taller de Rosario, parte de cuyo mail pego a continuación.
Quien quiera ver, que vea...

"Querido Jorge espero poder terminar este mail pues cuando quise escribirte el otro dia puse crisol y se corto la luz, quisiera estar en contacto con vos pues fue muy comprimido lo que nos contaste el otro día y me quedaron muchas cosas en el tintero, yo trabajo mucho con los niños índigos, cristal y ahora los crisol y tambien con sus padres. Lo que te queria contar es que al otro día después del sábado abri la biblia al azar y mirá lo que me salió: "Si te has decidido a servir al Señor, prepárate para la prueba. Conserva recto tu corazón y sé decidido, no te pongas nervioso cuando vengan las dificultades. Apégate al Señor y no te apartes de él, si actúas así arribarás a fin puerto al final de tus días. Acepta todo lo que te pase y sé paciente cuando te encuentres tirado en el piso. Pues es así como el oro se purifica en el crisol... Confía en él que él te cuidará" Sirácides 2,1-6."



Salvo lo verdadero, todo es ilusión...

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Infidencias


Graciela es una de tantas personas que se andan preocupando por "dejar testimonio".
Quiero decir, como si la sola existencia no bastara, como si el hecho no fuera nada, como si de todas formas todas las acciones no quedaran indeleblemente escritas en la piel del Universo y en nosotros, como si hubiera la necesidad de otro archivo más que el de ser.
Claro, la entiendo, cómo no: hay que comunicar.
Y bué.

Pero soy medio zonzo o quedado para esas cosas, un poco por esos motivos por los cuales Jesús no llevaba su biografía, y otro por la plena confianza de que no hay un pelo de nuestras cabezas que no esté contemplado en los balances del Padre.
Todo se ve, nada se pierde, todo se transforma...
Pero además eso, del "testimonio", de la palabra misma, tan sectaria, que comparte la raíz etimológica con "testículo": en Roma, los únicos que podían testificar eran los varones.
Si querés, y si te gusta el lunfardo, podés ver también que "testificar" es "ponerlos arriba de la mesa".
Y a decir verdad en algunos juicios es así.

Pero a la hora de lo cotidiano, uso y vivo esa perspectiva crisol que descree de toda intimidad, que entiende que estamos desnudos frente al Cosmos, y que es inútil ocultarse de nada o mantener vaya a saber qué vida "privada", si todo es público...
Así que una carta es también una revelación cósmica, y un reportaje, algo tan íntimo como una epístola, sólo que para muchos y desconocidos corresponsales.

Así que acá, y en virtud del pedido de "testimonios", voy a pegar un mail que le acabo de escribir a Eduardo (porque me parece en cierto modo universal), y el muy bien realizado reportaje que me hizo Claudia Bazán de Cultura Urbana en Rosario, este finde, después de asistir al Taller.
Inmensas gracias a los dos.
Acá van estas constancias, como si la memoria no bastara y como si la mente de Dios prescribiera en algún momento:

"Hola Eduardo, ¿cómo estas?
Espero que bien.
(esta retórica de preguntar y responder yo mismo es mi berreta manera de waltwithmarme, de cantarme y celebrarme "a mí mismo", si acaso vamos a las traducciones con mayor honestidad brutal...)

Y bué, son días así, vine muy pero muy contento de Rosario, la gente se enganchaba en los talleres a pleno, había alegría en el aire y hacía mucho que no sentía de eso (¿será Buenos Aires?).
El caso es que me acordé mucho de vos, tanto que ayer saqué unas citas de tu libro para ponerlas en el blog porque hay una historia ahí, una historia trascendental que estos chicos sienten cabal y directamente con el arrebatamiento por la energía grupal, con el abalanzarse sobre el otro y comérselo en materia o ideas, el apoderamiento de otra cosa de la que soy, esa cuestión caníbal establecida en los inconcientes como la regla del juego interdicta y sin discusión ninguna.
Nada, que hay quien ama y hay quien no.
A eso se reduce todo: gente con agujeros o gente plenipotenciaria de sí mismos.
"Tiéndete al sol/ abdica/ y sé rey de tí mismo", escribió el heterónimo Pessoa, uno de tantos que eran todos él, esa suerte de caleidoscopio humano.

Bueno, que nada, que ví el amor ahí, en Rosario, entre las personitas que éramos, entre el revoloteo de los plumíferos celestiales que se sentía casi físicamente (en serio) y que por esas cosas del recuerdo de lo preciso asocio esa clase de amor con la paz de tu alma, mi amigo Eduardo, con la chalupa de tu corazón navegando a botavara en medio de esta tormenta, flotando apenas sobre los lomos de las olas, esquivando rompientes, evadiendo fatales remolinos solipsísticos, solo en el silencio de la noche y el Cosmos, con el silente omniverso mirando todo por mudo testigo de la Eternidad.

Edu: hay mucho que hacer.
No sé bien cómo, pero lo haremos, más con estos pibes que están viniendo en miríadas.
Y que ojalá no se hagan mierda contra el suelo.

Y vos... ¿andás bien?
Tengo mil quilombos de la vida cotidiana que atender, vender esta casa, mudarme a Córdoba, buscar allá donde alquilar y luego alguito para comprar, ya se sabe: las minucias de mantenimiento del estar acá abajo, inevitables como moscas en abril -diría Machado-; pero en la etérea agenda que ampulosamente andamia mi mente tengo un lugar en el deseo reservado para ir a visitarte y tomar unos mates juntos.
Se te quiere, Eduardo, así de simple somos los compañeros.
Los otros traman revoluciones y otras falacias, otros sucedáneos de la estafa, pero nosotros amamos:
''No somos persuasores. Somos los hijos de lo Desconocido. Somos los ministros del silencio necesario para curar a todas las víctimas del absurdo que yacen agonizado de alegría artificial. Reconozcamos entonces quiénes somos: derviches locos con secreto amor terapéutico, amor que no puede comprarse ni venderse, y que los políticos temen más que la revolución violenta, pues la violencia no cambia nada, y el amor lo cambia todo''; eso dijo Merton, y eso es lo que somos y está en nosotros.

Aquí tal vez no nos entiendan... pero este no es ni con mucho el único lugar del Universo.
Casablanca sólo es territorio de tránsito.

Querido Eduardo. hasta siempre, hasta que respondas este.
Un abrazo de alma."



Y ahora el link del reportaje, lo pueden escuchar desde la página de Claudia o acá en una versión con un sonido un poco más procesado:

http://www.esnips.com/doc/7f7097a7-d663-4fa6-8bdb-1d81ca9124ab/Reportaje-por-Bazán

Salute.

martes, 27 de noviembre de 2007

De ángeles y revoluciones

Y sí... siempre es igual: el laburo lo hacen los más vulnerables.
Al final siempre es así.
Fijate vos con lo que dicen estos nenes... sostener verdades tan transparentes... cambiar el mundo con tanta naturalidad, con tanto amor...
Sin tanta quejumbre...
Sin tanto narcisismo...
Parece que para un ángel es natural ser así.



Claro: no es lo que la gente suele aceptar.
Cuando leo esas "canalizaciones" mediúmnicas tan eternizadoras del Sistema, tan al gusto de los matrixados, poniendo la Luz por allá por algún lado, lejos de lo humano y de este hambre, de este mundo patas para arriba y desquiciado de injusticias, me asombro...
Y me asombro aún más cuando las atribuyen a ángeles o arcángeles o a andá a saber que seres de "luz"... mientras los más chiquitos ya se dan cuenta de todo, en su inocencia.
Sólo porque perciben la inefable fuerza de la verdad, de la empatía y del amor honesto.
Y no se confunden con sucedáneos que el mundo entroniza.
Es, al fin y al cabo, como escribió Eduardo Senac:

"Toda bibliografía de autoayuda así como sus legiones de súbditos, no hace más que hipnotizarse a sí misma con postulados amables. Son ecos que se repiten sin una razón que los cause, y acaso Swedenborg los hubiera desaprobado en su ordenada teología.
Un hálito que pasó por él pero que no era suyo le hizo pensar que dos personas que se aman en la tierra forman en el cielo un mismo ángel. La sola fuerza de esta idea es insostenible para esos escritorzuelos"


Eduardo es claro, y es preciso.
Ya se sabe que los ángeles aceptables no debieran meterse con cuestiones mundanas. No se sabría entonces si son ángeles o subversivos.
Qué es eso de Jesús partiendo el pan...
Inventemos una hostia para eso, y al pan lo encanutamos... para nuestra comprensible angurria.

Y entonces, ante el vacío de aceptable guía angelical en estos materialismos, aparece la contracara del asunto: los barrabases, los "revolucionarios" que sí se ocupan de la cuestión de la repartija de los bienes de este mundo.
Oh... ya se sabe: los "revolucionarios" vienen a salvarnos, desde la quintaesencia de su narcisismo.

Fuman Parisiennes, o Particulares cortos si no hay, saben exactamente la diferencia entre lo intelectualmente "correcto" y la abyecta traición de pensar distinto (y por extraña casualidad la verdad siempre se parece a lo que ellos piensan...), luchan "por el pueblo" pero sin el pueblo (hasta que se aviven... claro), hablan siempre de "la toma del Poder" y del sagrado día en que obreros y campesinos rijan los destinos de las naciones (y no sé porqué me parece entrever en sus mentes la ambición de que ese día ellos han de ser funcionarios... o algo... algún cargo...), parece que no pero terminan trabajando para el Estado o en alguna actividad cultural "de derechos humanos" pagada con fondos públicos, o pergeñan cooperativas extrañas donde se llevan la parte del león, cuando te dan un abrazo -rara vez- no te abrazan sino que te descargan un par de palmadas secas en la espalda (plac PLAC!) y jamás de los jamases te rodean de ese amor suave que me entregó la cristalita de Rosario, no sé porqué pero te quieren liberar a toda costa del Imperialismo pero jamás se muestran dispuestos a liberarte de ellos mismos y su "actitud libertaria", y -para terminarla- les caben redondas las palabras de Galeano en "Preguntitas" o las del ya citado Eduardo Senac en "La Precisión de la Fiebre":

"Cada tanto, y siempre dependiendo de las fechas aniversario, escucho hablar de revolución, y hasta algunos insolentes vienen a mí a pronunciar tal palabra. Así es que tengo que verlos con todos sus íconos y sus ropas que hablan, esos vestuarios producidos para señalarse, listos en todo momento a monologar las grandes verdades que se traen entre manos y señalar las penurias morales del resto.
Sin embargo, si se les pregunta qué saben de la justicia, todo lo que dicen es que haya las mismas posibilidades para todos, la misma cantidad de pan. Hablan de luchar, pero el enemigo es siempre otro.
Descaradamente tengo que reírme y lamentarme por ellos, porque no sólo no saben nada acerca de la revolución sino que tampoco lo saben acerca del hombre.
En mayor o menor tiempo, la verdadera revolución deberá caer sobre ellos"


Quiero decir con esto que a las personas que suelen ir tras las "canalizaciones" de "seres de luz" no le suele gustar Silvio Rodríguez, que es un ángel; y que los "revolucionarios" que lo entronizan como a un ídolo sólo por su aporte al "movimiento de liberación" también se quedan tan lejos de su real poesía, tanto como los primeros.

Quiero decir que la heterodoxia es el camino de la honestidad.
Quiero decir que hay que asumir la necesaria soledad para juntarse de veras.
Quiero decir -repito- que Silvio es un ángel, aunque por modestia o ubicuidad nunca lo haya dicho.
Quiero decir que yo, que lo delato, tambien quizás lo sea.
Vaya esto para que no extrañe tanto sus alas, compañero, en el acá abajo.
Es por un rato, solamente, y ya va pasando...
Pero piedralibre, Silvio, a tu celeste estirpe, piedralibre, porque nos avivamos:

"Amada,
supón que me voy lejos
tan lejos que olvidaré mi nombre
amada,
quizás soy otro hombre
más alto y menos viejo
que espera por si mismo
allá lejos,
allá trepando el dulce abismo
allá lejos,
allá trepando el dulce abismo

Amada,
supón que no hay remedio
remedio es todo lo que intento
amada.
toma este pensamiento
colócalo en el centro de todo el egoísmo
y ve que no hay ausencia para el dulce abismo
y ve que no hay ausencia para el dulce abismo

Amada,
supón que en el olvido
la noche me deja prisionero
amada,
habrá un lucero nuevo
que no estará vencido de luz y de optimismo
y habrá un sinfín latente bajo el dulce abismo
y habrá un sinfín latente bajo el dulce abismo

Amada,
la claridad me cerca
yo parto, tu guardarás el huerto
amada,
regresaré despierto
otra mañana terca de música y lirismo
regresaré del sol que alumbra el dulce abismo
regresaré del sol que alumbra el dulce abismo"

Cosas de chicos

El refrán popular atribuye el decir de la verdad a los locos y a los niños.
Apelo a eso.
Así que yo -un tanto loco, ya se sabe- repetiré lo que unas mamás me contaron en el taller de Rosario.
Lo repetiré como lo recuerdo, disculpen si mi memoria discrepa en algo con lo que realmente dijeron: no tenía grabador, pero creo que refleja lo esencial.
Y finalmente agregaré una historia de uno de estos chicos, que la madre -abogada- hizo pública en internet. Guardaré para ellos el anonimato, no así el amor que mi corazón borbota cuando los leo.

Historia 1:

Una chica se dibuja mirando desde arriba de una nube. Le dice a la mamá: "¿Ves? Esta soy yo. Yo te miraba así, desde arriba, antes de elegirte. Iba a elegir a XX, de la otra cuadra, pero cuando te ví, te elegí a vos como mamá".
La madre, luego, va y averigua por XX, la de la otra cuadra.
Casualmente, XX se había quedado embarazada por la misma época que ella...



Historia 2:
Un chico le dice a la mamá que no le importa morirse, porque si se muere lo único que hace es volverse al sitio de donde vino.
"¿De dónde sacaste eso?", pregunta la madre.
"Me lo dijo Jesús."
"¿Y cuándo hablaste vos con Jesús, decime???" replica la mamá.
"Antes de venir acá. Hablamos con Jesús, y él me dijo..."

Historia 3:
Sindicado como "Asperger", esa suerte de autismo social, este chico es lo que con toda habitualidad veo ubicado dentro de la vibración cristal.
La madre es la que escribe el texto, que copio entero -menos la reserva de los nombres-, de manera puntillosa, precisa y hermosa.
Creo necesario aclarar que P., el nene, de ocho años, concurre a un colegio "de curas".
Lo demás, habla por sí mismo:

"Seguimos en la debacle cuasi cotidiana, pero no falta tanto: en breve tendremos, a Deo gratias, y previo convenio en el que nos haremos cargo de pagarla puntillosamente, la ansiada maestra integradora para el pequeño Aspie (así les dicen los yanquis a los aspergers). Mientras, habrá que escuchar y contener espectantes el escandalete nuestro de cada día, las obsesiones estallando en un medio hostil que las segrega, que las encuentra ridículas y sin rumbo, que se burla de un dibujito animado vestido con uniforme. Contarles a los amigos, tal vez, como yo hice, descargando lo que se pueda con el humor que se inventa del absurdo. Mandar en mails a la gente querida, como a Ayd, el relato de lo que nos obligó a encerrarnos para reír hasta las lágrimas, vaya a saber por qué confundidas con la risa en una sola cosa. P. ha sido interpelado por una mañana entera en la Dirección. Qué hiciste ahora, pregunto desde el agotamiento de parir esa cosa deliciosa todos los días a un mundo que para él es como una planta carnívora y brutal. Qué hiciste ahora. Pero me contesta con esa solemnidad extraña que yo le conozco, que le sé en el sentirse acorralado, resignado y confeso. Sobre todo confeso.

-”Ez que, mami…zabés qué paza?… Yo vendo golozinas…”

-¿Cómo que vendés golosinas, dónde vendés?

-En el Colegio, mami…inventé el mini-lengüetazo. ¿Vizte el lengüetazo, ese caramelo largo con forma de lengua que cuesta 60 zentavos?

-Sí.-

-Bueno, yo inventé el mini. Lo parto por la mitad, y vendo el mini a 45 zentavos. Me gazté los 4 pezos que me dió la abuela, me compré tooooooda la plata en lengüetazos, y en el banco del colegio me hize azí, como un kiozco me hize…Puze todos los mini lengüetazos…¡pero ezos malcriadoz, pelotudoz torpes y malditos zean, no me compraron nada, me los robaron!!!

-¿Y qué pasó?

-Y bueno, me robaron. Y ze rieron, ze burlaron de mí, de mí y del kiosco… Ezo eztá muy mal. Le dije a la zeño que ella era zu cómclice, que era una tarada cómclice de todoz ezos malcriadoz. Una inzoportable tarada. Le dije, le dije bien fuerte. Me llevaron a la Dirección, grité un poco. Bueno, grité muuuuuy….fuerte. Lez dije que los aborrezzzzzzzco a todos, que si pudiera los mataría como a guzanoz.

Pero, mami…

-….

-¿Mami?

-Sí…

-Yo no estoy loco."


Vuelvo yo al teclado: No, mi amigo, mi compañero, no... vos no estás loco.
Es, al fin y al cabo, como escribiera Luis Bruschtein en el obituario de mi amigo D'Andrea Mohr:
" No hay temor más oscuro para la locura que la sospecha de estar loco. Una persona normal, sensible y vital en un mundo desencajado, cruel y criminal es testimonio, acusación y prueba de esa locura institucional. Cuando aparece alguien así, como el capitán (R) José Luis D’Andrea Mohr, ese mundo intenta desesperadamente destruirlo. Y usa como arma la misma con la que se siente acusado. Si él está loco, yo no lo estoy, se tranquiliza. Porque percibe que si él es sensible, yo soy cruel. Si él es moral, yo soy inmoral."

Luis es exacto. Es así.
Sólo que para el Universo, allá "afuera", esta fiebre de la proyección de la propia locura es endémica de acá, es local...
Ahí afuera, mi pequeño compañero de ocho años, somos mayoría.



Y una yapa, también, de mi colega P.:

" -Pero porqué hoy ez miércolez, no quiero ir a la escuela, ya basta con eza estúpida clase de catezismo, ya…ya…ya…no la zoporto, mami, no-la-zo-por-to, por qué tengo tanta mala zuerte, maldita zea. No -la -zo-por-to. . .

-Por qué no la soportás, qué pasa?

-Voz no entendéz, es que ez terrible.

-¿Qué es lo terrible…?

-Ez terrible que Dios no diga nunca nada."


A veces dice, amigo... a veces dice: lo susurra a tu alma, y a la mía.
Eppur si muove...

lunes, 26 de noviembre de 2007

Venimos a ofrecer el corazón


"¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón"

Hablábamos de Rosario y tal vez sea lo mismo que hablar de Fito, de una gente increíble para la que no tengo palabras y de la alegría flotando todo el tiempo en el taller que hicimos, gente que me contaba cosas increíbles de los chicos de su familia -y que me hicieron pensar después "y todas estas personas dónde podrán ir para hacer algo con eso que les pasa, no hay "doctos" en esta índole de cosas como no sean los del corazón y del Espíritu, pero de esos andá y buscalos por títulos académicos y difícilmente encuentres alguno, "lo esencial es invisible a los ojos" no?, y bué: habrán de irse construyéndose de a poco como todas las cosas...- y que pusieron la mejor onda y las cuatro horas del taller del sábado se pasaron como en un suspìro, por más que yo hablaba a velocidad Tato Bores para aprovechar hasta el último instante del tiempo que teníamos y que quien estuviera atento a la energía se hubiera dado cuenta de que cuando eso pasa es porque está presente el espíritu que no se cansa nunca y que cambia y transmuta energía con amor y entusiasmo (que de paso les digo que "entusiasmo" significa "lleno de Dios".... vayan y pásenle el dato a tantos que quieren medicar a los deprimidos y a los de "déficit de atención" y a los autistas y a tutti cuanti que puedan hacer cliente y adicto de drogas psicotrópicas) y que encima terminaron pidiendo "¿y cuándo hacemos otro?" y yo me acordaba del viejo dicho que dice que la comida es buena cuando uno pide un segundo plato.

Así que a mí no me vengan con que todo está perdido.

Miren: hay personas hermosas y animosas y de un amor increíble en medio de todo este desaguisado y despropósito -tuvimos cincuenta y pico de inscriptos...-, como la profe de "Educación Especial" que vino y se sentó y no dijo nada y yo de verla nomás me avivé que era una de las cristalitas pioneras.
Y al otro día eso fue evidente en un abrazo y una sonrisa y en ese aire todo lleno sin necesidad de palabras, con el amor del Universo vibrando a full y la emocion haciendo un nudo en las gargantas y como una risa y como un éter y como un reconocerse y reencontrarse "acá abajo"...

Bueno, tan así estábamos y tan metidos trabajando que me olvidé de sacar fotos (perdón!!!...) porque en esos instantes en que lo eterno está presente quién piensa en la posteridad, es tal cual decía Guillermo Magrassi que de los pueblos más felices que han pasado por la Tierra no tenemos grandes evidencias arqueológicas porque no necesitaban edificar Bancos ni Templos ni Casas de Gobierno ni Cuarteles ni nada más importante que lo cotidiano y humano.
Así que las únicas fotos que tengo son de la Gra, acá les pongo una:



Por lo demás, hubo un par de reportajes por el medio, hechos por Claudia Bazán (http://culturamasiva.blogspot.com/) y Marcelo Quiroga (http://www.otrasalternativas.com.ar/) [¡¡¡gracias!!! a los dos].
Además de leer los blogs -obvio recomendadísimos- en el caso de Marcelo pueden escuchar su programa "Otras Alternativas" por Radio Dos de Rosario o por internet desde la página de Otras Alternativas o la de la radio (http://www.rosario3.com/ abajo a la derecha) todos los domingos a las cero horas* del lunes (jaja... y sí... es a la medianoche entre el final del domingo y el principio del lunes, así que así está bien dicho...).
Creo que este domingo 2 de diciembre va la nota sobre transurgencia, ayer escuché el programa e hizo una investigación impresionante sobre el efecto de los fumigantes como el glifosato y los megacultivos transgénicos en la tierra y su impacto socioambiental. Imprescindible informe.

Bueno, los voy dejando por hoy.
Si alguno de los que estuvo en el taller de Rosario lee esto, les reitero lo que les dije: aprovechen y dense cuenta de que no estamos solos, vayan armando reuniones zonales y grupetes, enchamiguensennn... que yo online los apoyo con todo lo que pueda.
Mantengan el fuego encendido...
Por allá en forma física volveré el año que viene, seguro.
Ahora se vendrá algún taller en Buenos Aires, creo, al menos me lo han pedido por mail: si consigo lugar lo hago, ningún problema, todo mi corazón está ahí.

Corto y fuera, besos a todos, escriban.





* 00:00 hora oficial argentina, 03:00 hora UTC (Tiempo Universal Coordinado... la de Greenwich, bah...)

miércoles, 31 de octubre de 2007

Rosario tiene su taller

"Cerca, Rosario siempre estuvo cerca
tu vida siempre estuvo cerca
y esto es verdad
Vida, tu vida fue una hermosa vida
tu vida transformó la mía
y esto es verdad. "

Eso dijo Fito y eso es, la vida es, y Rosario es como acá a la vuelta, aunque lejano se lo puede abrazar, como al sol, como le vino al corazón decir a Lalo de los Santos y como es, cómo es que cruzando media galaxia o andá a saber qué aparezcan chicos y nazcan y se junten y se miren y se reconozcan de algún extraño modo y se vayan a reunir todos en un punto digamos que Rosario, tan cerca o tan lejos como el Sol, un sitio más en este cascotito llamado Tierra, a ver que cómo es, que hay distancia pero no la hay, a ver cómo explicamos las cosas que son y que lo entendamos o no tienen su propósito, a ver cómo hacemos para no ver cuando todo está ahí y está en marcha, a qué Dios o ángel intentaremos sobornar con nuestra ceguera si hasta los chicos hoy se dan cuenta, ¿no?, y había que hacer algo y hay que hacerlo y para eso tenemos energía y vida y ganas y este brillo en los ojos y en el alma, hay que hacerlo porque no podemos aceptar más esto, que se peguen en las escuelas o que se les aburra el alma como un quinoto seco o que los maestros terminen hechos jirones como las banderas de un barco o que todo sea y se vaya en este infierno constituido, esta absurda manera de vivir si es que podemos llamar a eso "vida"....

Por eso el Taller.

Por eso hacemos este taller en Rosario, con Graciela y los amigos, no tienen más que llamarla e inscribirse, es gratis y es libre pero hay que poner ganas, no vengan pretendiendo cómodas respuestas de ocasión porque no las hay, porque las respuestas hay que construirlas para que sean verdaderas, pero lo que hay es un montón de herramientas concretas para eso que le metí en este taller, y que ni sueñes que la Matrix te brinde.
A lo mejor salimos entendiéndonos más o construyendo puentes.
Eso cada uno lo sabrá.

Lo diseñé particularmente pensando en los maestros, aunque creo que a cualquier persona le será de provecho, y también en los psicólogos y en los padres de estos chicos que la sociedad tilda tan de "especiales".
Y como una celebración de la energía grupal, que también eso somos, y está bien fijarse para qué la usamos y en qué sentido va.

Bueno, acá abajo va la parte técnica, más formal.
Les agradecería muchísimo si la reenvían a sus conocidos como una botella al mar: nos da mucho agrado hacer estos talleres pero también mucho trabajo así que cuantos más puedan beneficiarse con ellos más contentos nos sentiremos.

Así que bye bye al escritor y hola al prolijo redactor de memorándums, que llega y que tipea lo siguiente:


Taller intensivo teórico-práctico


La Educación en tiempos del Amor:

maestros sensibles para chicos sensibles


Coordinado por:

Jorge Balbi


Día: 24 de noviembre de 9 a 13 hs.

Lugar: Biblioteca Argentina de Rosario

Informes: Tel. 4802538 Int. 32

(en Buenos Aires Tel 45232424)

Inscripción: Nuevo Parhadigma (Graciela) Tel.: 4561632


“Hoy en día chocan una espiritualidad más intensa, por un lado, y un materialismo más intenso, más vivido (no teórico), por el otro. El resultado es el aumento rápido, y cada vez más complejo, de la cantidad de niños “difíciles”, cuya tipología y síndromes los “expertos” apenas logran comprender. Pero es más o menos sabido que la espiritualidad (creatividad) no vivida en su totalidad se pervierte en terquedad, trastorno de comportamiento, adicción, criminalidad, así como en enfermedades psíquicas y corporales.”*, sostuvo Kühlewind.

Y afirmó que el hecho de que haya niños “difíciles” y lo que eventualmente lleguen a ser, se debe en su mayor parte, a la predisposición de estos niños cuando han perdido “el sentido de su existencia”.

Síntesis del temario:


  • Los “nuevos niños” y su entorno e interacción.
  • Perspectivas desde lo sutil y desde lo psicológico.
  • Cuerpos e interacciones desde distintos niveles de enfoque.
  • Evolución y paradigma: sus concepciones.
  • Viejos y nuevos paradigmas.
  • Cambio y transmutación; poder y autoridad: semejanzas y diferencias.
  • Las dimensiones, información multidimensional.
  • El tiempo como elemento en el aprendizaje; educación vs. adoctrinamiento.
  • Individuación e integración grupal: procesos y relación.
  • Mobbing y Bullying.
  • Hiperactividad y repliegue: índigo y cristal.
  • Circulación energética grupal: “darse cuenta”.
  • Freire, “enseñaje”, Pichón Riviére y otros aires renovadores (Steiner, Montessori).


Actividad previa para los inscriptos

(recomendada pero autónoma):


Cine-debate


Proyección de un documental independiente sobre el estado de las cosas en el fenómeno educativo (con posterior opinión entre los presentes); el día viernes 23 de noviembre a las 17 horas en la misma biblioteca.


Esperamos cálidamente contar con su presencia y desde ya agradecemos su difusión.

Se recomienda ampliamente para el mayor aprovechamiento de este taller

la lectura previa del libro de Jorge Balbi

“De cristal a crisol

Transurgencia:

la transmutación de los nuevos niños”

Rosario : Nuevo Parhadigma, 2007



Para más información relativa:

http://transurgencia.blogspot.com/

http://www.nuevoparhadigma.com.ar/crisol.htm


* En: Kühlewind, Georg. Sternkinder. Citado en Transurgencia p. 97





sábado, 15 de septiembre de 2007

A vuelta de correo


"La que tirás te vuelve"
Este simple apotegma (que tiene la característica inescrutable de sonar sabio en labios de una persona sensible, y vacuo, cursi y ramplón en los de una vedette televisiva; ¡Oh! espíritu real de las cosas: mediante qué simplezas te revelas a los hombres... ) me resulta de total cumplimiento en lo que a Transurgencia me toca.

Ya saben -o sospechan- los lectores de este blogcito cómo se construyen las "críticas" de libros en los medios masivos (y no tanto) de comunicación: alguien va y paga, o es conocido de uno de ahí con quien tiene o tuvo negocios en común, o esperan tenerlos...
O es "famoso" y eso prevé la automática aceptación congraciada del "crítico".
En fin: una operación de "toma y traiga", en la que las más de las veces el comentarista no ha leído del libro más que la solapa o la gacetilla de prensa.

Mi caso es diferente: Transurgencia ni solapas tiene.

Y lo que me interesa es la opinión o el comentario del lector que lo ha transitado, o, tal vez, que fue transitado por el libro.
Esos son impagables.
Honestos.
Reales, hasta donde la realidad puede ser real.

Y esos son los que me llegan, a vuelta de correo.

Tenía unos cuantos más, que no he tomado la precaución de guardar, y que los avatares del servidor de correos de Yahoo o de Gmail se han ocupado de devorar fatalmente, pero así está bien: continúan escritos en mi alma y en la piel del Universo, que es lo que importa.
Pero rescaté dos, que copio directamente de la bandeja de entrada, y que pego a continuación (*) , y que representan más o menos el tono general de los demás.
Acá van, bon appetit:

>>>>>Gracias jorge, tu libro es mágico, abra donde lo abra es el comienzo de todo y se que lo retomare muchas veces mas... y gracias tambien por las palabras de aliento. ojala nos crucemos (lo sepamos o no) en algun momento.

flor



>>>>>Hola Jorge !!

Mi nombre es Romina, no se si te acordarás de mi. Te compré el libro en la Plaza de Recoleta y como ninguno de los cuatro presentes teníamos lapicera, te chupáste el dedo gordo y dejáste estampada tu huella digital en mi ejemplar a modo de dedicatoria, GENIAL !!!. Aquel día te conté que me habían enviado un mail relacionado con tu libro, así que te lo estoy reenviando para que pispées cómo me llegó la info.

Hoy terminé de leer Transurgencia y quería compartir con vos lo que sentí al hacerlo.

De entrada tuve la sensación que me hablabas a mi, [...]

Tengo 32 años y nunca me sentí un Cristal, mucho menos un Crisol y de hecho, hasta considerarme Indigo me parece mucho pero lo que sí me interesa es saber acerca de los chicos, estos locos bajitos que me hacen sentir discípula todo el tiempo que comparten conmigo.

Cuando ví tu libro, pensé econtrarme con la típica "listita", a saber:

- Historia del concepto Crisol

- Características de los Crisol

- Cómo detectar un Crisol

- ¿Eres un Crisol? Test para averiguarlo

- Famosos Crisol

Y GRACIAS A DIOS, no fue así !!!! me encontré con un Universo que sentí latía en mí hacía vaya a saber cuánto !!! por momentos pensé que mi nombre iba a aparecer escrito, porque pasé por tantas de las cosas que mencionás; y OJO !! no sólo las lindas y "elevadas", de las no tan lindas y tan elevadas también !!! LA PUCHA, YO QUE PENSABA QUE ERA TAN BUENA !!!

En fin, lo único que quiero es darte las GRACIAS por tener la valentía de escribir un libro en el cual por no apuntarle (en el sentido más lumínico de la palabra) a "nada", le apuntás a "todo".

Un abrazo de todo Corazón,

Romina


Ambos mensajes son reveladores de la condición alquímica del libro, de cierta mecánica cuántica con la que se desenvuelve, eso de que "el objeto real no puede ser recreado por el pensamiento"; esa limitación que precisó Erwin Schrödinger cuando postuló que a ciertos niveles escalares el observador interactuaba con lo observado, cambiándolo por ese mero hecho, lo cual hacía imposible toda comprobación directa objetiva a partir de cierta dimensión.
Y que tan elegantemente expresó Lacan en el campo psicológico: "Donde me pienso, no soy".

Lo cierto es que sí, es tal cual lo que puso Romina, que me resistí voluntaria y concientemente a hacer un "libro-lista" tan del gusto de los multimedios o de las megaeditoriales, del Mercado.
Porque inconcientemente sabía que era inútil describirte a estos chicos, o a cualquier otro; que la única manera de hacértelos percibir era apelando a tu propio punto de vista original, a eso que olvidamos o dejamos de usar, y que está en nosotros igual que en ellos.
Si mostraba algo, por esto de la cuántica, dejabas de verlo con tus propios ojos: te convencías de verlos con los míos.

Todos los Falsos Profetas hacen eso: "con-vencerte", todos los Gurúes de tres por cinco: "vanidad de vanidades, y todo vanidad"·

Me negué y me niego a colaborar con la imposiblidad y la ceguera; más bien, decidí correr el riesgo de re-cordarle a tu alma que -aún- puede ver, sólo que olvidó cómo.

Y para eso no podía hablarte de "tu alma", ni de "los nuevos niños": tenía -sencillamente- que hacertela sentir, sin objeto ni palabras.

Crear el Vacío, para que fuera llenado por lo que Ya Es, y que estaba allí desde siempre.

Me arriesgué a eso... y funcionó.

Los mensajes en las botellas que el mar me arrima -a vuelta de correo- son prueba irrefutable de mi fe.

Erwin Schrödinger

(*) Por supuesto y como corresponde, sin pedir permiso a sus autores, ya que todo acto espontáneo del alma es considerado público en el Universo, y va siendo hora de que dejemos de sentir vergüenzas al respecto: "Porque el pudor es un escudo contra el ojo del inicuo... pero ¿qué harás con tal grillete y tan pesada armadura el día en que no haya más inicuos?" se preguntó Khalil Gibrán en "El Profeta", y ese Día va llegando... Mil abrazos a Flor y a Romina, porque su amor mantiene mi vuelo sin escudos.


viernes, 14 de septiembre de 2007

Ubicuidades

Respondo a una pregunta que me hicieron, en otro lugar y hace algún tiempo: este libro busca a sus lectores.
El mérito de haber observado ese fenómeno por primera vez no me corresponde: lo señaló la primer persona en leer el original, aún primigenio, aún sin haber pisado las ruedas de la imprenta.
Contra mi razonable creencia de este mundo, he comprobado suficientes veces que eso es así, como para negarlo, aunque mi mente terrena se rebele contra este hecho inaceptable en sus caprichosos términos finitos, y quede hecha jirones como una vieja camisa colgada al viento inexorable de la Patagonia.

Pero, en tal caso, y en atención a aquéllos que lo buscan -y que por tanto son buscados por el libro- para leerlo, por humanas sendas y por humanos motivos, les dejo acá la noticia que me dió Graciela Dillet, su editora: que se consigue en cualquier librería de Argentina, o bien que se lo puede pedir en ellas.
Y -además- está este mapa del tesoro, esta precisa rosa de los vientos: que te lo mandan por correo adonde sea, si lo compran a través de la página de Nuevo Parhadigma:

tanto al interior como al exterior del país.

Ya saben: el arribo comienza con el primer paso del camino.

Y, eternamente, el Universo me repite lo mismo: que, vistos desde el Infinito, el Buscador y lo Buscado son una sola, indivisible y hermanada cosa, una Unidad de cósmicos colores, un RayoLuz, un ángel de Swedenborg o, tal vez, un Propósito.

Que tengan buenos días.


Niña de Chajarí, en el stand de
Nuevo Parhadigma en la Feria del Libro


miércoles, 12 de septiembre de 2007

La luz ve la luz

"De nuevo estoy de vuelta
después de larga ausencia
igual que la calandria
que azota el temporal..."

Cambio de servidor de internet, ocupaciones varias, algún viaje... todas estas cosas quedaron en el camino entre la entrada anterior del blog y ésta.
Pero acá estamos.
Así que les cuento que presentamos el libro, Transurgencia, en Buenos Aires y en Chajarí.
Y que se viene la de Rosario y alguna en Córdoba, y/o la Pampa.

Las presentaciones son cosas raras.
Corre una energía extraña.
Hay como nervios, pero no son nervios... es más bien como que se estira al máximo la tensa piel del aire (esa especie de globo), y algo hace chispitas, y al fin hace que nos riamos casi cómplices, hablando de lo que el mundo no conoce pero presencia, o conocía pero ha olvidado...

Los chicos, me mata la atracción que parece provocar en los chicos, y en los bebés...
Es algo magnético, inexplicable.

Bueno, no me extenderé mucho por hoy, sólo entré para dejarles los videos de apertura y cierre de la presentación, que hicimos con Walter en la parte técnica, con escenas imbricadas de películas que todos tenemos en la cabeza.
Con eso quiero decir lo que dijo aquél francés, de que el nuevo horizonte es ver el mismo de siempre con otros ojos.

Así que aquí les dejo las imágenes de apertura, más en tono índigo, más mostrando de dónde venimos y cómo está todo, y un posible atisbo de en manos de quienes está la solución, o el trabajo; hecha sobre un tema de The Who, de un álbum que nunca salió, "La Casa de la Luz": "Teenage Wasteland".

Acá va:




Y este otro, el de cierre, ya en tonos Cristal y Crisol, sobre un tema de Fito Páez, para que "quien quiera ver que vea".
Un abrazo, hasta la próxima:

viernes, 29 de junio de 2007

Coincidencias; co-incidencias...

Imagen del Mutus Liber ("Libro Mudo"), grimorio alquimista.


Somos lo que somos.
Más allá de lo que creemos de nosotros mismos, o de lo que los demás opinen sobre ese punto, respondemos a una esencialidad concreta, que impregna nuestros actos.
"Todos tenemos cara y señal", decían los mayas, "pero la se
ñal es más cara que la cara visible".
Quiero decir esto para escribir que yo hace un año no tenía casi ninguna idea de lo que fuera la Alquimia.
O al menos eso creía.

Por esos días, lo más que había hecho eran unos elixires con piedras, que los hacía para mí, para mejorar un poco mi salud. Y mi grado de conciencia.
Ah!... y había leido, cuando chico, un libro de Alberto el Magno que vaya a saber cómo cayó en mi casa de infancia, un hogar encabezado por un reparador de cortinas -mi viejo- y poco frecuentado por publicaciones diferentes a -digamos- las Selecciones del Reader's Digest o la Radiolandia.

Pero parece que este desconocimiento aparente poco le importó al Universo.
Porque por esos días de hará un año, mi amiga Ro le hablaba de mí a una chica que no me conocía, ni yo a ella. Vaya a saber en qué terminos mi amiga me describió o intentó hacerlo (he aprendido a no andar averiguando lo que las person
as hablan de mí estando ausente: hace la vida más llevadera...); pero lo cierto es que en determinado momento esa chica entrecierra los ojos, como adormilada, con esa expresión que ponemos cuando recordamos el mar, y le dice: "¿Quién? ¿El alquimista?".

Cuando Ro me narró este diálogo, entendí que lo que somos nos trasciende, lo sepamos o no.
El darse cuenta de eso es un trabajo, pero, de últimas, un detalle secundario.
Afectamos a lo existente desde nuestra esencia, a eso se reduce todo.

Poco después, siguiendo un raro rastro de las investigaciones energéticas de Wilhelm Reich, me dí a fabricar unos aparatitos -que terminé bautizando "bionitos"- que hoy sé no son ni más ni
menos que transmutadores alquímicos de energía negativa en positiva.
Todo porque quería fabricar un artilugio de medicina radiónica "casero", o -cuando menos- a un costo accesible frente a los de plaza.

La verdadera Alquimia sostiene que no importa tanto lo que queramos obtener o crear: lo importante es el efecto que esa trabajosa y metódica búsqueda hace en nosotros.
Lo transmutativo de la pesquisa de la Piedra Filosofal es cómo el Alquimista queda transformado luego de ese proceso: somos lo que buscamos, "macrocosmos y microcosmos", "como es arriba es abajo, y como afuera, dentro". Eso dice la Tabla Esmeralda, viejo códice alquímico de Trimegistro.
Y así fué que esos bionitos me cambiaron: construyéndolos.

En esas cosas estaba cuando hará seis meses una amiga mía de España, que hace talleres de "sanación" y otras técnicas de la Nueva Era, me pidió los Textos de Cristal -mis escritos sobre los niños Cristal- para usarlos de material de base en sus actividades.
Recordando cómo había venido la mano antes, le dije que esperara un tiempito, hasta que los registrara. Me dijo que estaba ok, y que le avisara cuándo.
Creo que fue en ese mismo día que Graciela, la que hoy es mi editora, me manda un mail saludándome y preguntándome "si había publicado ya mi libro, y sino, si quería publicarlo".

Muchas co-incidencias.... "sigue al conejo blanco, Alicia..."

Le dije que sí, pero que quería "actualizarlo", updatearlo poniendolo al día.
Lo que le dije sin decir, es que tenía que escribir sobre los Crisol, de los cuales había adelantado el nombre hacía cuatro años, y que había visto confirmado en las definiciones de vibraciones de Cristina Scharles (a las que llegué un día -casi sobra aclararlo- de manera "casual") ... y que no tenía mucha idea de cómo encarar ese trabajo.
Pero ya se sabe que cuando uno está abierto, escucha el Universo.

Así que, tranquilo -era un sábado de lluvia en ciernes, recuerdo- me fui como quien se pierde a caminar por Palermo (un enorme parque que hay en mi ciudad, Buenos Aires).
Encontré los frustrados intentos de un recital, suspendido por las nubes negras que amenazaban desde el cielo, y, como caído al azar, un puesto de biblioteca móvil.
Uno de esos gazebos donde te prestan libros por un rato.

Entre las publicaciones de moda, mis manos eligieron un tomo de las Obras Completas de Borges.
Caminé unos pasos, y me senté en el césped.
Antes de que unos implacables goterones me obligaran a abandonar la lectura y a devolver el libro, pude leer lo que mis manos al azar abrieron en esas páginas.

En un instante trémolo, insondable, mis dedos separaron en un único movimiento -fluido, increíblemente armónico y potente- las hojas en un punto cualquiera.
El poema "El Alquimista" surgió, como quien espera desde siempre.



Uno de mis bionitos transmutadores.



lunes, 25 de junio de 2007

Urgente y heterodoxo

Más tarde, más otro día seguiré contando el cómo se fueron sucediendo las cosas.
O de cómo vine a parar yo escribiendo un libro que me terminó transformando.
Como buen objeto de alquimia...

Eso se los cuento en otra entrada, que aún no escribo. Hago esta para subirles el prólogo, para compartirlo con quienes les interese el tema, y para hacer causa común una vez más con los heterodoxos que ningunean los límites arbitrarios, y que conspiran para re-unir este mundo roto y atomizado. Pero esta vez, bien.

Acá les dejo, bon appetit:


Preludio
Vindicación de la heterodoxia


Este es un libro urgente.
Y, en verdad, son dos.


La premura y la heterodoxia, entonces, lo marcan
desde el vamos, lo atraviesan como radiantes flechas
de sol.


Una traición ‑los avatares de una tradición‑ demoró la
publicación de la primera parte, que recién en esta edición
conoce el público en forma integral.
Hacia el invierno de 2003, casi sin proponérmelo,
vislumbré ‑o me fue atisbada‑ la presencia de la vibración
siguiente mientras escribía sobre los niños Cristal. (1)


Redacté, entonces, esos textos, que hoy constituyen
la porción inicial de este volumen, de temática y tono
cristalinos.
Sin embargo, percibí en ellos cierta inquieta
efervescencia, cierta fuerza decididamente concreta y
en ciernes, como de agua a punto de romper el hervor,
poco habitual en las pletóricas de paz cosmogonías de lo
Cristal.


Era una inefable y firme vehemencia de cambio,
de voluble cualidad proteica, de mágmica plasticidad
candente, de silente pero fragorosa fragua.
Era la energía reconcentrada de las líneas mutantes de
los hexagramas del I Ching, que prefiguran y anuncian su
inminente transmutación.


Creí ‑en aquellos días‑ que los textos eran los que
mutaban.
Hoy, con casi cuatro años de perspectiva, me doy
cuenta de que el mutante era yo.


Que era ‑y soy, y somos…‑ parte de un proceso más
vasto, impensable casi.
Una operación de dimensiones pasmosas, estelares;
que involucra muchos planos amén de éste.
Y de que un único punto de vista era insolvente para
abarcarla.


Y que ‑necesariamente‑ a fuerza de amplitud nos
conduce al mismo tiempo a la precisión y a la humildad,
al conocimiento y a la incertidumbre, a la contemplación
y a la acción incesantes y simultáneas.


Nos conduce, de forma ineluctable, a ser heterodoxos.


Por lo tanto, no fue una sorpresa cuando hace unos
meses, al retomar el tema, decidí ese enfoque para escribir
sobre los Crisol, la generación siguiente a los Cristal, un
paso más en la evolución humana. (2)


Inevitablemente, hablar de esto es visitar las fuentes
del vislumbre, aquellos que calzaron de una manera
extraña, los «varios hombres en uno», como definió
Borges a Emmanuel Swedenborg. (3)
Los “nowhere men” (4), los habitantes de dos mundos
en uno.


Estos hombres han transitado ‑haciendo filigranas a su
paso‑ liminares filos de navaja cotidianos.
Fueron, en sí mismos, portales uniendo varios planos,
puntos de vista y acción.


Swedenborg unió la ciencia y la mística.
Blake la fe, la inteligencia y la estética.
Gurdieff la entrega y la voluntad.
Jung la conciencia individual y el inconciente colectivo.
Reich la autodeterminación personal y la energía
cósmica.
Scott Peck la psiquiatría y el exorcismo.
Kühlewind los campos del impreciso lenguaje y del
inefable significado.


Jesucristo ‑al fin‑ las existencias espiritual y terrenal, y
como nadie, enseñó que la construcción del Reino está en
el aquí y ahora, en el corazón del hombre, en el centro de
la cruz.


Un pensamiento señala con razón que la característica
del genio es darse cuenta del principio común que enlaza
dos fenómenos en apariencia antagónicos.
Es la visión ‑genial, dialéctica, holística‑ de Newton
cuando comprende que la manzana que cae y la Luna que
no cae son sendamente regidas por la universal ley de
gravedad.


Esa actitud implica apertura, confianza, sed de saber,
servicio.
Y casi siempre, generosidad y coraje.


Todo heterodoxo gana dos enemigos: los fanáticos
acérrimos de cada ortodoxia que se propone reunir, aguas
y aceites de la sopa cósmica.


Pero, en virtud, sabe en su íntimo coleto que no une
nada, que Todo estaba unido ya desde el principio, y que
toda separación puede entrañar en sombras un ilusorio
intento de control.(5)


Gente como esta, y otros, pioneros, inclasificables,
anónimos las más de las veces, configuraron primigenias
personificaciones de lo Crisol, excepciones de las
excepciones, patafísicos de lo cotidiano.
Con su presencia y obras dijeron al seguro dogmático:
«Hey!... el mundo es más grande de lo que te piensas…»,
con esa ubicua recomendación de hospitalario criterio que
Hamlet le hace a Horacio acerca de su filosofía.


De allí la importancia de la heterodoxia como ejercicio
constante, porque nos libera ‑humildemente‑ de las falsas
creencias, porque nos acerca a Dios, es decir, a la vida.
«No vengo a destruir la Ley, vengo a completarla» (6): lo
holístico siempre suena heterodoxo…


Y porque es esencial para comprender lo que está
pasando.


Porque, lo entendamos o no, esa vasta consumación se
está dando en nuestro planeta.
E incluye ‑cómo no‑ nuestra humanidad.


Es una inconcebible conjunción de planos existenciales
y de niveles de conciencia, pero aclararé con énfasis: sin
desmedro de la identidad.


Ni de la libertad individual.


Ni de la relevancia de la acción y decisión personales.


Por eso la urgencia de este libro.
Porque los Crisol están aquí, donde Luz y Sombra los
esperan.


No vienen por mandato. Vienen por amor.
No vienen a salvar. Vienen a construir.
No vienen a ser mártires. Vienen a ser humanos.


Y es urgente porque las fuerzas involutivas van a
intentar confundirlos.
O mejor: detenerlos.
O mejor: cautivarlos.
Y si no pueden… aislarlos.
Destruirlos.


Nada de esto importa, verdaderamente.
El problema está en la vida, y no la vida en el
problema.


Nada de esto importa en definitiva, salvo como un
aviso entre amigos, porque los Crisol están aquí.


Y la Transurgencia está en marcha.


Como siempre.


Y para siempre.



Notas al pie:

(1) No es que los vaticinios me importen gran cosa ‑al fin de cuentas, se han
transformado en un deporte muy popular‑, pero sí me resultan útiles como
datos a la hora de tomar decisiones en el aquí y ahora. Saber que las plantas se
marchitan sin agua es válida motivación para regarlas…


(2) Mi hilo de Ariadna comenzó un domingo, en un parque, en una biblioteca
ambulante, con mis manos eligiendo al azar un tomo de Borges. Su poema “El
Alquimista” me acechaba dentro, como desde siempre.


(3) J. L. Borges en el prólogo a “Mystical Works” de Swedenborg; en “Prólogos
con un prólogo de prólogos”, Torres Agüero Editor, Bs As, 1975.


(4) “Nowhere” es un calembour que junta “Now here” (aquí y ahora) con
“No Where” (de ningún lugar). Nunca supe a ciencia cierta a cuál de las dos
se refirieron Los Beatles en su «Nowhere Man». Probablemente a ambas, a
la vez. Sea cual fuere la respuesta, no deja de maravillarme esta elocuente
imprecisión utópica, este oxímoron.


(5) Cierta vez, un chico índigo de cuatro años al que le mostré uno de esos
cristales que irisan según la luz, quiso preguntarme por cuál era mi color
preferido, pero lo hizo con la siguiente expresión: «¿Cuál es tu parte
favorita?»... Si eso no es ser holístico, díganme qué lo es...


(6) Mateo 5:17.



El Nuevo Líder
Ilustración de Paula Pogranizky


Todo comienza al fin alguna vez

Uno suele pensar -a veces- que todo tiende a girar en redondo, en spin continuo, como el Wincofón cuando llegaba al final del disco, con ese ssssricth ssssritch secuencial, ese metrónomo de la nada, un loop en la rueda del Tiempo, ese Samsara.

Y de pronto las cosas se activan, todo se vuelve relampagueante y veloz, una montaña rusa de sucesos que nos parecen caóticos o azarosos, pero que una interna y confiada mirada nos los revela como prefigurados, en ciernes y ajustados como un mecanismo de resortes y cuerdas.

Eso pasó este año, al principio.
Pero vamos por partes... el verdadero hilo empieza por el 2003.

Yo había escrito unos textos sobre los niños Cristal, a pedido de unas personas que "trabajan" con ellos -y con índigos- y que iban a sacar un libro sobre el tema, de eso harán cuatro años.

Se los dí, con la única condición -por todo precio- de que publicaran mi mail.

Demás está aclarar que ese pequeño detalle nunca lo cumplieron: hoy sé que una característica de los falsos profetas y vacas sagradas es jamás de los jamases invitar a nadie "desconocido" a sentarse a su lado. Control, figuración y concentración: a eso se reduce el milagro de la "nueva era", en las manos y en las mentes de estos nuevos gurúes.

La situación, de hecho, ya se había tensado por estos motivos: me llamaron pretendiendo que dejase de colgar públicamente mis textos en foros de internet. "O sólo con nosotros, o no publicás": fue tajante y concisa la frase. Muy bien: los seguí subiendo a internet a medida que los escribía, fiel a aquella frase crística a los Apóstoles: "Recibieron gratis, den gratis".

Los iluminados popes no me volvieron a llamar, ni quisieron verme más. Publicaron -eso sí- parte de mis textos, porque le servían, obviamente.

Y, en algún sentido, yo también me dejé "robar", casi concientemente: la planta que se deja arrebatar la jugosa fruta a manos de animales voraces, lo hace a sabiendas de que ese mecanismo esparcirá sus semillas cuando el predador vacíe su intestino, a lejanas distancias de allí.

Y así, mi mensaje se polinizaría, multiplicado públicamente en un libro que vendería miles de ejemplares, y llegaría a los Cristales y a su entorno: era la manera que tenía en esos días, y es la manera que usé, la del abrojito.

Comencé esos textos, entonces, -que hoy conforman la primera parte de mi libro Transurgencia- con un título casi inmotivado en aquellos días: "Cristales y Crisoles".

Hoy, que la vibración Crisol es un hecho que va siendo develado, sé porqué lo hice.

Y miren las vueltas que tiene el destino: el mismo acto de colgarlos gratuitamente de corazón en la web para que se sirviera todo aquel que tuviera menester, fue el que a la postre me permite probar aquellos sucesos, y -creo- lo que impidió que dichas páginas me fueran arrebatadas del todo: lo que ya ha sido público es más difícil de robar.

"Casualmente" por eso, todo psicópata prefiere los actos privados, y sin constancia: así escribe la memoria de sus víctimas.
Se olvida, o intenta inútilmente olvidar, que todo es público a los ojos de Dios, o del Universo.
Que únicamente él es el que se engaña, como un niño pequeño que se tapa los ojos con las manos y nos dice "No estoy..."

De esta forma, y con estos avatares, dió comienzo la historia de mi libro.

Seguiremos informando... Manténganse en sintonía.


domingo, 24 de junio de 2007

La transmutación de los nuevos niños

Un fantasma recorre el mundo.
Es el fantasma de un mundo mejor, posible.
La humanidad está comprobando que sus nuevos hijos ven y viven la vida en forma diferente.
Más transparente, más honesta, más amplia.
Más espiritual.

Prosiguiendo con la gradación de vibraciones que se hizo pública con los Índigo y siguió con los Cristal, hoy los Crisol están entre nosotros.
En cierto modo -aislada, imperceptiblemente- lo han estado siempre.

Esto genera expectativas, en nosotros y en ellos.

¿Cómo son, cómo ven la existencia?
¿Qué podemos compartir y construir con ellos?
¿Qué riesgos los acechan?

De estas delicadas cuestiones trata este blog.

Bienvenidos a todos, pasen... esta es su casa.



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