El título de esta entrada sostuvo Immanuel Kant que era el lema de la Ilustración.
Significa, ni más ni menos, "atrévete a saber".
Y sí, hay que atreverse: en los tiempos que corren, saber es una osadía.
Nos quieren tontos, aborregados, adormecidos, fácilmente manejables y sometidos.
Cuando les digo a los chicos o adolescentes que se den cuenta de que el límite de lo que quieren saber realmente se lo ponen ellos mismos, y de que es un acto por demás riesgoso dejar la decisión de lo que uno debe conocer o ignorar en manos de otro, siempre les cito la frase que sigue a continuación.
Es de Heinrich Himmler, jefe de las SS nazis, en relación con el destino que preveían para los pueblos conquistados del este europeo no alemanes, a quienes consideraban seres inferiores.
Se las cito, porque sintéticamente deja transparentada la nefasta alianza entre gobernabilidad, pseudo-religión e ignorancia.
Himmler escribió: "Para los pobladores no alemanes del Este sólo habrá una escuela primaria de cuatro grados. Esa enseñanza elemental tendrá exclusivamente el siguiente objeto: enseñar a contar hasta 500, escribir el nombre completo, inculcar la doctrina de que hay un mandamiento divino, obedecer a los alemanes y ser honrado, trabajador y dócil. No estimo necesario que se enseñe a leer."
"Sapere Aude", entonces; atrevete a saber, y no cometas el suicidio holgazán de dejar que nadie se arrogue hasta dónde podés conocer, y hasta dónde no.
Ya se han quemado demasiados libros.
¿Terminarán quemando personas, como decía Heinrich Heine?
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