Uno suele pensar -a veces- que todo tiende a girar en redondo, en spin continuo, como el Wincofón cuando llegaba al final del disco, con ese ssssricth ssssritch secuencial, ese metrónomo de la nada, un loop en la rueda del Tiempo, ese Samsara.
Y de pronto las cosas se activan, todo se vuelve relampagueante y veloz, una montaña rusa de sucesos que nos parecen caóticos o azarosos, pero que una interna y confiada mirada nos los revela como prefigurados, en ciernes y ajustados como un mecanismo de resortes y cuerdas.
Eso pasó este año, al principio.
Pero vamos por partes... el verdadero hilo empieza por el 2003.
Yo había escrito unos textos sobre los niños Cristal, a pedido de unas personas que "trabajan" con ellos -y con índigos- y que iban a sacar un libro sobre el tema, de eso harán cuatro años.
Se los dí, con la única condición -por todo precio- de que publicaran mi mail.
Demás está aclarar que ese pequeño detalle nunca lo cumplieron: hoy sé que una característica de los falsos profetas y vacas sagradas es jamás de los jamases invitar a nadie "desconocido" a sentarse a su lado. Control, figuración y concentración: a eso se reduce el milagro de la "nueva era", en las manos y en las mentes de estos nuevos gurúes.
La situación, de hecho, ya se había tensado por estos motivos: me llamaron pretendiendo que dejase de colgar públicamente mis textos en foros de internet. "O sólo con nosotros, o no publicás": fue tajante y concisa la frase. Muy bien: los seguí subiendo a internet a medida que los escribía, fiel a aquella frase crística a los Apóstoles: "Recibieron gratis, den gratis".
Los iluminados popes no me volvieron a llamar, ni quisieron verme más. Publicaron -eso sí- parte de mis textos, porque le servían, obviamente.
Y, en algún sentido, yo también me dejé "robar", casi concientemente: la planta que se deja arrebatar la jugosa fruta a manos de animales voraces, lo hace a sabiendas de que ese mecanismo esparcirá sus semillas cuando el predador vacíe su intestino, a lejanas distancias de allí.
Y así, mi mensaje se polinizaría, multiplicado públicamente en un libro que vendería miles de ejemplares, y llegaría a los Cristales y a su entorno: era la manera que tenía en esos días, y es la manera que usé, la del abrojito.
Comencé esos textos, entonces, -que hoy conforman la primera parte de mi libro Transurgencia- con un título casi inmotivado en aquellos días: "Cristales y Crisoles".
Hoy, que la vibración Crisol es un hecho que va siendo develado, sé porqué lo hice.
Y miren las vueltas que tiene el destino: el mismo acto de colgarlos gratuitamente de corazón en la web para que se sirviera todo aquel que tuviera menester, fue el que a la postre me permite probar aquellos sucesos, y -creo- lo que impidió que dichas páginas me fueran arrebatadas del todo: lo que ya ha sido público es más difícil de robar.
"Casualmente" por eso, todo psicópata prefiere los actos privados, y sin constancia: así escribe la memoria de sus víctimas.
Se olvida, o intenta inútilmente olvidar, que todo es público a los ojos de Dios, o del Universo.
Que únicamente él es el que se engaña, como un niño pequeño que se tapa los ojos con las manos y nos dice "No estoy..."
De esta forma, y con estos avatares, dió comienzo la historia de mi libro.
Seguiremos informando... Manténganse en sintonía.
Y de pronto las cosas se activan, todo se vuelve relampagueante y veloz, una montaña rusa de sucesos que nos parecen caóticos o azarosos, pero que una interna y confiada mirada nos los revela como prefigurados, en ciernes y ajustados como un mecanismo de resortes y cuerdas.
Eso pasó este año, al principio.
Pero vamos por partes... el verdadero hilo empieza por el 2003.
Yo había escrito unos textos sobre los niños Cristal, a pedido de unas personas que "trabajan" con ellos -y con índigos- y que iban a sacar un libro sobre el tema, de eso harán cuatro años.
Se los dí, con la única condición -por todo precio- de que publicaran mi mail.
Demás está aclarar que ese pequeño detalle nunca lo cumplieron: hoy sé que una característica de los falsos profetas y vacas sagradas es jamás de los jamases invitar a nadie "desconocido" a sentarse a su lado. Control, figuración y concentración: a eso se reduce el milagro de la "nueva era", en las manos y en las mentes de estos nuevos gurúes.
La situación, de hecho, ya se había tensado por estos motivos: me llamaron pretendiendo que dejase de colgar públicamente mis textos en foros de internet. "O sólo con nosotros, o no publicás": fue tajante y concisa la frase. Muy bien: los seguí subiendo a internet a medida que los escribía, fiel a aquella frase crística a los Apóstoles: "Recibieron gratis, den gratis".
Los iluminados popes no me volvieron a llamar, ni quisieron verme más. Publicaron -eso sí- parte de mis textos, porque le servían, obviamente.
Y, en algún sentido, yo también me dejé "robar", casi concientemente: la planta que se deja arrebatar la jugosa fruta a manos de animales voraces, lo hace a sabiendas de que ese mecanismo esparcirá sus semillas cuando el predador vacíe su intestino, a lejanas distancias de allí.
Y así, mi mensaje se polinizaría, multiplicado públicamente en un libro que vendería miles de ejemplares, y llegaría a los Cristales y a su entorno: era la manera que tenía en esos días, y es la manera que usé, la del abrojito.
Comencé esos textos, entonces, -que hoy conforman la primera parte de mi libro Transurgencia- con un título casi inmotivado en aquellos días: "Cristales y Crisoles".
Hoy, que la vibración Crisol es un hecho que va siendo develado, sé porqué lo hice.
Y miren las vueltas que tiene el destino: el mismo acto de colgarlos gratuitamente de corazón en la web para que se sirviera todo aquel que tuviera menester, fue el que a la postre me permite probar aquellos sucesos, y -creo- lo que impidió que dichas páginas me fueran arrebatadas del todo: lo que ya ha sido público es más difícil de robar.
"Casualmente" por eso, todo psicópata prefiere los actos privados, y sin constancia: así escribe la memoria de sus víctimas.
Se olvida, o intenta inútilmente olvidar, que todo es público a los ojos de Dios, o del Universo.
Que únicamente él es el que se engaña, como un niño pequeño que se tapa los ojos con las manos y nos dice "No estoy..."
De esta forma, y con estos avatares, dió comienzo la historia de mi libro.
Seguiremos informando... Manténganse en sintonía.
Exelente libro, el mejor de la historia lejos!!! Soy Cristal en transicion hacia Crisol y se porque lo digo, me describe perfectamente!!!
ResponderBorrarHola Jorge!! que bueno seria contactarte algun dia... Soy la persona que escribio arriba hace unos años.. Estoy cercana a culminar mi ciclo de transicion a Crisol... Falta poco el viaje es bastante duro, pero lo estoy logrando...
ResponderBorrarMariann: si el e-mail con 77 es el tuyo, me dice que no está más en uso.
BorrarEscribime vos al mío: depositospam@yahoo.com.ar y contactamos.
Un abrazo y fuerzas ahí.
JB